lo que yo leo

Un blog sin pretensiones, sobre reseñas literarias para leer en 10 minutos; contiene comentarios sobre libros, recomendaciones, divagaciones y toda clase de digestiones literarias que un lector compulsivo ha aderezado a su gusto. Por supuesto, abierto a colaboraciones y opiniones. Casi es obligatorio equivocarse aunque, evidentemente, yo soy yo y tú, eres tú, por supuesto; pero ni yo soy tú ni tú eres yo, por lo tanto, todo lo que escribas es tu responsabilidad: cada uno es dueño de sus palabras y de sus silencios, sin embargo, tu libertad no te permite escribir nada ilegal o degradante para otros como tú y como yo. Es por eso que, al menos ese SILENCIO sí impera en este blog.


Deja un comentario

«negro» de olivier pauvert: un relato fallido sobre las sombras del totalitarismo


“Puede que todo esto sea real, puede que yo no sea más que un fantasma, un alma en pena, como dijo aquel”. O.P.

Según la biografía del autor extraída de la solapa del libro, Olivier Pauvert es un joven escritor francés residente en un pequeño pueblo de Gironde. Es farmacéutico y padre de tres hijos. “Negro” es su primera novela.

Y es una buena novela que amalgama las características del género negro e intriga, la novela fantástica y la ucronía sin conseguir definirse adecuadamente dentro de cada una de ellas y, sin embargo, lograr una obra literaria ciertamente entretenida, de fácil lectura, con estilo y vocabulario aceptable y una trama argumental atractiva.

Sin desvelar las claves de esta trama, que frustraría el legítimo interés de un lector descuidado en ir descubriendo por sí mismo las virtudes de la obra, puedo decir que gira en torno a la averiguación por parte del protagonista de las circunstancias de un crimen cometido en su presencia, cuya autoría le imputaron y que, a raíz del mismo, transcurre un lapso de tiempo de doce años que aparentemente no recuerda, o no ha vivido, encontrándose con un país y una sociedad sometida a un régimen político totalitario, represivo y manipulador; una Francia irreal y extraña, como ubicada en otra dimensión, en un tiempo alternativo.

A medida que avanza el argumento se va produciendo una gradación desde el formato de novela negra o de suspense hacia una narración subjetiva cargado de imágenes oníricas que transforma la novela en un relato de corte fantástico al descubrirnos la verdadera naturaleza que, en la novela, ha alcanzado el protagonista.

A mi juicio la intriga y el suspense que anima la búsqueda del protagonista se frustra con el recurso a situaciones o soluciones argumentales que se alejan del realismo que caracteriza a la novela negra y que, presentadas como una salida extraordinaria y fantástica, el lector no tiene más que aceptar y conformarse, consiguiendo el autor ir solucionando el argumento por un camino incontestable, como por ejemplo es la alusión a Caronte en las páginas finales. Es como aquellos relatos o fábulas en las que el autor recurre a la explicación milagrosa, onírica o mágica para justifican cualquier cosa.

Si las notas definitorias de la novela negra o, incluso, de suspense o intriga, se centran en el protagonista (criminal o prófugo) y en la trama (desentrañar un misterio o resolver un crimen), esta novela pierde fuerza en este aspecto por las características tan peculiares del personaje principal, las cuales no voy a decir, cuya esencia inicial se va diluyendo hasta acabar en otra cosa distinta.

Igualmente, echo de menos una mayor profundización el aspecto ucrónico de la novela, desde el momento en el que el personaje hace alusiones, en claro paralelismo al ascenso al poder del Partido Nacional Socialista en la Alemania de Weimar, a la victoria electoral del Partido Nacional francés y la consolidación de una régimen político fascista y represor que cimienta su poder gracias a técnicas de “sedación” colectiva. Pero no se deja apreciar exactamente ese punto “Jonbar” que haga de quicio entre la realidad del lector y la propuesta de historia alternativa que parece querer mostrarnos el autor. Aunque la novela describe en parte esa sociedad futura, donde la represión y la supresión de las libertades básicas, es tolerada pasivamente por los ciudadanos y donde éstos han ido asimilando los valores de pureza racial, xenófobos y discriminatorios frente a minusvalía física o psíquica, la obra deja la sensación de falta de completitud y desarrollo de esa línea argumental.

 A mi juicio, tampoco no apura la crítica política, no llega a culminar lo que podría haber sido una novela distópica a la manera de Orwell, Huxley o Bradbury, con las que se empeñan en compararla las reseñas comerciales o publicitarias.

 El tercer elemento antes aludido, el carácter fantástico, que inicialmente arropa a la novela con ese aura de ensoñación que se vislumbra a través de las reflexiones y sensaciones del protagonista, se va perdiendo y en un momento dado se despejan los interrogantes sobre lo que sucede y de un modo abrupto el autor nos regala una explicación inverosímil que desluce las peripecias del protagonista puesto que, paradójicamente, ya todo es posible.

 A pesar de lo dicho, de mi crítica templada y el poco entusiasmo que transmiten mis palabras, es una buena novela. Quizás no sea excepcional pero tampoco mala y, en todo caso, es mi opinión y cualquiera puede guiarse por su propio criterio y formarse una opinión, solo tiene que leerla.

 Un saludo

SINOPSIS EDITORIAL: [….] abruptamente y de manera inexplicable pasa otra dimensión en la que Francia está gobernada por el Partido Nacional, por el que él mismo votó un día y que ahora ha constituido un gobierno fascista […]

Olivier Pauvert

  • ISBN: 8439720343
  • EDITORIAL: Mondadori, Barcelona, 2006.
  • TRADUCCION: Esther Andres
  • PÁGINAS: 480