«¿Cómo podía decirle que había tenido que construir, no, desarrollar, una personalidad distinta para cada día? ¿Y que cada una de ellas estaba basada en ciertos elementos básicos de su carácter que habían coexistido, aunque no armónicamente, cuando había sido solamente Jeff Caird? P.J.F.
Todos tenemos una imagen de nosotros mismos que queremos ofrecer al resto de las personas, distinta de la propia imagen que, algunas veces, distinguimos otorgándole el privilegio de ser la «verdadera» y que, muchas veces, se demuestra tanto o más oscura y vaga como el propio conocimiento de uno mismo. Esa imagen no es sino una mera máscara que maquilla nuestra auténtica y profunda personalidad que puede ser compleja, muy compleja, hasta el extremo de presentarse patologías como la esquizofrenia (con alteración de la percepción y desdoblamiento de la personalidad) o el trastorno de la personalidad disociativo, antes conocido como de «personalidad múltiple». Aunque no sea éste el tema central de la novela, el autor nos muestra a su protagonista, de una manera superficial, sufriendo síntomas de ambas enfermedades (que yo creo que son incompatibles entre sí) en su intento de escapar al control gubernamental.
¿Cuántas personalidades distintas podemos llegar a adoptar? Jeff Cervantes Caird tiene una respuesta, una para cada día de la semana: Miercoles, Robert Aquiline Tingle, funcionario de la base de datos del gobierno; Jueves, James Swart Dunski, profesor de esgrima; Viernes, Wyatt Dumpco Repp, guionista, director y productor de películas del oeste; Sábado, Charles Arpad Om, camarero; Domingo, el sacerdote Thomas T Zurvan; Lunes Will Ishashvili, pacifista y vigilante de Central Park; Martes, Jeff Cervantes Caird, funcionario de policía, disidente clandestino y delincuente permanente. Todos son uno mismo y distintos a la vez; y ni siquiera se conocen entre sí.
La trama de la novela transcurre en un futuro muy lejano, en la Isla de Manhatan, donde la superpoblación humana y la escasez de recursos ha llevado al planeta al establecimiento coactivo de un régimen de distribución de los días de la semana entre todos sus habitantes de tal modo que cada persona tendrá asignado un solo día de vigilia por seis de «petrificación» (estado análogo a la criogenización o hibernación). Así tras el toque de queda, a media noche, los ciudadanos se introducen en unas capsulas personales, se petrifican, y toman su relevo las personas del día siguiente, en estricta alternancia, retomando las funciones laborales y administrativas como si no hubieran pasado seis días en hibernación.
En la práctica existe el cómputo del tiempo objetivo –horizontal-, conforme al calendario tradicional, y el cómputo del tiempo subjetivo –vertical-, correspondiente al periodo consciente de cada individuo.
Con esta drástica solución coexisten en el planeta un mundo distinto para cada día, el Mundo del Lunes, del Martes, del Miércoles, etc, con su propio gobierno, su administración y su población, sin contacto con los ciudadanos de los otros mundos. Con el paso del tiempo van divergiendo en cuanto a las costumbres, convenciones sociales, la moda…, pero regidos todos ellos por un consejo mundial que se constituye en un régimen autoritario de corte paternalista que pretende ser perfecto y que garantiza el sustento y trabajo a la generalidad de sus ciudadanos a cambio de una constante monitorización de la población y la reglamentación estricta de todos los ámbitos de su vida de trascendencia social –natalidad, limpieza urbana, prácticas religiosas, etc-.
La infracción del día asignado es un delito que se castiga con la petrificación indefinida. El protagonista, Jeff, es un «quebrantadías» y además un «immer», miembro de una organización secreta que ha desarrollado un elixir que alarga la vida y que lucha, secretamente (y en la medida de lo posible, pacíficamente) para alcanzar una sociedad más justa y menos mediatizada por el gobierno. Gracias a una especial habilidad de concentración y control mental ha venido perfeccionando una personalidad propia para la identidad de cada día y así pasar desapercibido durante el transcurso de la semana. Una vieja rencilla con otro immer que se ha escapado de un centro psiquiátrico desencadena una serie de acontecimientos que, como el derribo de la fichas de dominó, va a afectando a sus otras identidades sucesivas.
Quizás echo de menos un tratamiento algo más extenso y profundo en el desarrollo de la idea central, que se ve discriminada respecto de las peripecias y equilibrios del protagonista para mantener la coartada de sus identidades. En efecto, apenas desarrolla la idea de un gobierno totalitario, al modo de las grandes antiutopias como “Un mundo Feliz” (A. Huxley), “1984” (G. Orwell) o “Nosotros” (Zamiatin), pudiendo haber ahondado precisamente en las diferencias con estas grandes obras literarias: no existe control genético, ni mental ni político sino un control del tiempo objetivo sin alteración del tiempo subjetivo – los ciudadanos despiertan “cada día” de un sueño de 144 horas como cada mañana, solo que algunos no conocen la primavera y otros no pueden practicar sus ritos religiosos en el día prescrito como santo (sábado o domingo). Tampoco agota la descripción de la vida cotidiana y las interacciones entre las distintas sociedades resultantes de este planeta escindido.
No siendo una obra filosófica, ni una novela de denuncia política, elude disquisiciones sobre la tensión entre libertad y seguridad o sobre la primacía del principio del mayor bien común sobre las restricciones de los derechos del individuo.
Pero siendo una novela de ciencia ficción, también carece de una explicación o justificación sobre el desarrollo tecnológico que permite la pacífica transición entre los mundos de cada día, o la descripción de la vida cotidiana, o la interacción de las sociedades resultantes. Se limita a proponernos una solución ya dada que tenemos que aceptar sin cuestionar su verosimilitud.
Con todo, la valoración de la novela es positiva. Ciertamente es una obra amena y divertida, de lectura fácil y rápida, y con un argumento muy atrayente. Puede ser una obra menor en la bibliografía de P.J.Farmer pero en modo alguno es una obra de escasa relevancia.
Un saludo.
Philip José Farmer, escritor norteamericano nacido en 1918 y fallecido en 2009. Su extensa producción se adscribe al género fantástico y de ciencia ficción, con mayor profusión del relato corto sobre la novela. Se caracterizó por sus tramas protagonizadas por personajes prestados de otras obras literarias (Tarzán, Phineas Fog, los personajes del Mago de Oz, Sherlock Holmes) o históricos, (como Herman Goerin, Mark Twain o Richard Burton). También destacó por acercar a la ciencia ficción temática propia de la literatura para adultos (pseudopornografica) con explícitas referencias sexuales. Recibió numerosos premios (FuenteWikipedia): 1953: Premio Hugo al nuevo talento más prometedor, The Lovers; 1960: candidato al Premio Hugo al mejor relato breve, The Alley Man; 1961: candidato al Premio Hugo al mejor relato breve, Open to Me, My Sister; 1966: candidato al Premio Hugo al mejor relato breve, The Day of the Great Shout; 1967: candidato al Premio Nebulla a la mejor novela corta, Riders of the Purple Wage; 1968: Premio Hugo a la mejor novela corta, Riders of the Purple Wage; 1972: Premio Hugo a la mejor novela, A vuestros cuerpos dispersos; 1974: candidato al Premio Nebula al mejor relato breve, After King Kong Fell; 2000: Premio Nebula, Premio Gran Maestro Damon Knight Memorial, por el conjunto de su carrera; 2001: World Fantasy Award for Life Achievement. Su obra más famosa es la serie Mundo del Río (Riverworld) protagonizada por personajes históricos como Sir Richard Francis Burton, Hermann Göring y Samuel Clemens (Mark Twain) en el valle de un inmmenso río que ocupa todo un planeta, en el que han resucitado todos los seres humanos con un cuerpo rejuvenecido y sus recuerdos terrenales intactos. La saga está compuesta por A vuestros cuerpos dispersos (To Your Scattered Bodies Go, 1971); El fabuloso barco fluvial (The Fabulous Riverboat, 1971); El oscuro designio (The Dark Design, 1977); El laberinto mágico (The Magic Labyrinth, 1980); y Dioses del Mundo del Río (Gods of Riverworld, 1983).
- Título original: Dayworld
- Traducción: Silvia Leal
- Primera edición : Marzo de 1989
- © de esta edición, Ediciones Júcar, 1989
- I.S.B.N.: 84-334-4025-X