lo que yo leo

Un blog sin pretensiones, sobre reseñas literarias para leer en 10 minutos; contiene comentarios sobre libros, recomendaciones, divagaciones y toda clase de digestiones literarias que un lector compulsivo ha aderezado a su gusto. Por supuesto, abierto a colaboraciones y opiniones. Casi es obligatorio equivocarse aunque, evidentemente, yo soy yo y tú, eres tú, por supuesto; pero ni yo soy tú ni tú eres yo, por lo tanto, todo lo que escribas es tu responsabilidad: cada uno es dueño de sus palabras y de sus silencios, sin embargo, tu libertad no te permite escribir nada ilegal o degradante para otros como tú y como yo. Es por eso que, al menos ese SILENCIO sí impera en este blog.


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«los cojos bailan solos» de José Prata: se atrapa antes a un asesino (o dos) que a un cojo


«Estoy en la escena del crimen y el crimen ni siquiera es mío» J.P

José Prata (1968), periodista y novelista portugués, cuya única novela es objeto de la presente reseña, elabora una clásica novela policial aderezada deliciosamente con ingredientes propios de una comedia de enredo que la confiere una cualidad indiscutible de novela de entretenimiento, sin que ello suponga un desvalor  en tanto que cumple lo que muchas obras no llegan siquiera a alcanzar pese a sus pretensiones y lo que, en suma, es el deber ser de toda obra de ficción, divertir, ilustrar y comunicar (en las proporciones que ael autor considera)

La trama principal se desvela en las primeras frases, aunque no toda ella (que esa es la gracia del libro y la intriga que mantiene el interés en continuar con su lectura): Porto Brandao es un inspector de policía encargado de investigar unos misteriosos asesinatos… que él mismo ha cometido. Sin embargo, sobre los mismos se solapa la actuación de un segundo asesino «el canallita» que va manipulando los cadáveres de Brandao y a modo de código de comunicación entre ambos, va dejando pistas incriminatorias contra el inspector que éste se encarga de desviar de su persona.

Con su novela Jose Prata ha demostrado que no toda novela policial, de calidad, es nórdica o anglosajona y que no toda novela policial debe ser trágica sino que puede ser tragicómica, esperpéntica, ingeniosa y  divertida.

En efecto, la novela tiene un sabor que recuerda «el laberinto de las aceitunas» de Eduardo Mendoza y quizás a «Papel Mojado» de Juan Jose Millas, (aunque con un planteamiento menos complicado formalmente y lejos del tortuoso planteamiento argumental al que es tan aficionado Millas), compartiendo a un protagonista algo desquiciado cuyos procesos mentales no siguen nuestra lógica «normal» y que precisamente por abordar «lateralmente» los problemas encuentra soluciones  muy convenientes. Es final de la novela cierra un círculo cuyo contenido no voy a revelar.

Su estilo es llano y claro presentándonos el relato en dos niveles distintos, con una grafía diferenciada, en cursiva, para un monologo cuyo protagonista y significación se va revelando a medida que avanza la trama principal, con la tipografía normal. A su vez ésta trama principal cuenta con el recurso de emplear paréntesis para mostrarnos el hilo de los pensamientos no verbalizados de  Brandao, consiguiendo reforzar ese toque de comicidad al que hemos aludido.

Novela cortita y muy recomendable, dos motivos para leerla.

Un saludo.

Portada de Los cojos bailan solos
Editorial Alfaguara
Colección: Literaturas
Páginas: 184
Publicación: 2002
ISBN: 9788420400488
Traducción: Mario Merlino