lo que yo leo

Un blog sin pretensiones, sobre reseñas literarias para leer en 10 minutos; contiene comentarios sobre libros, recomendaciones, divagaciones y toda clase de digestiones literarias que un lector compulsivo ha aderezado a su gusto. Por supuesto, abierto a colaboraciones y opiniones. Casi es obligatorio equivocarse aunque, evidentemente, yo soy yo y tú, eres tú, por supuesto; pero ni yo soy tú ni tú eres yo, por lo tanto, todo lo que escribas es tu responsabilidad: cada uno es dueño de sus palabras y de sus silencios, sin embargo, tu libertad no te permite escribir nada ilegal o degradante para otros como tú y como yo. Es por eso que, al menos ese SILENCIO sí impera en este blog.

«cuerpodivino», de theodore sturgeon: si el sexo es el mensaje, el cuerpo es el medio.

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«-. Señor Currier –le dije de todo corazón-, por la manera que ud. dice esas palabras, “¡no es cierto!” es como si creyera que entre lo verdadero y falso hay diferencia. ¡No la hay! ¿Qué importa cómo es o deja de ser una cosa? Solo importa lo que dice la gente de ella.» T.S.

Calificar la presente novela como ciencia ficción es, ciertamente, un atrevimiento: bien por una extrema negligencia y lasitud intelectual, atribuyendo sin más dicha etiqueta por consideración al autor, mayormente enmarcado en el género; bien por un ejercicio consciente de considerar todo aspecto mísitico-religioso de la cultura humana bajo la perspectiva de un relato literal sobre el poder y capacidad mágica de unos seres extraordinarios que alteran nuestra vida y conductas sometiendonos a la tiranía de una idea que trasciende a nuestra existencia individual y colectiva.

No encuentro otro modo de definir esta novela -bastante recomendable, dicho sea, de paso, como anticipo a esta reseña.

La trama se basa en la aparición en una pequeña parroquia norteamericana de un personaje autodenominado “Cuerpodivino”. Surge de no se sabe donde, vestido unicamente con la dignidad de su desnudez. Su efecto sobre las personas es extraordinario. De algún modo, con la mera imposición de sus manos nos cura el dolor, físico pero también emocional. De algún modo, levanta ese velo que oculta nuestra verdadera esencia y nos hurta, a los demás y a nosotros mismos,  de nuestro propio ser, del concepto de lo que somo intimamente. Te pregunta quién eres, te toca y te descubre si, verdaderamente, eres quien dices ser, tú mismo.

La novela se estructura en una serie de capitulos protagonizados cada uno por un habitante de dicho pueblo que va relatando en primera persona su experiencia con este personaje. Con una técnica muy bien diseñada, la historia va avanzando linealmente desde las distintas perspectivas personales, pasandose el relevo en el discurso tanto de su propia experiencia y antecedentes como el de la trama que va desarrollandose.

La novela se centra en los personajes, es un relato introspectivo que prescinde de descripciones vanales sobre el paisaje y su entorno o el contexto social o histórico. Estos personajes actuan y se comportan como arquetipos. Su personalidad esta definida con acierto, pero se aprecia cierto esquematismo en su construcción, no hay matices, son modelos, creo que por voluntad consciente del autor, a traves de los cuales cobra sentido en el conjunto de la novela.

El tema que el autor nos presenta no es otro que la esencia de la religión cristiana primitiva, el mensaje de amor de Cristo -interpretado literalmente como amor sexual, aunque sin la carga de la culpa ni la noción de pecado concupiscente- la comunión esencial entre los fieles, su íntimo conocimiento -sexual- y la aceptación de uno mismo y la comunicación directa con lo divino sin intermediarios -la Iglesia, la infame, que diría Voltaire.

Personalmente, me ha gustado esta novela. Te la recomiendo si te gusta un tipo de mensaje místico-filosófico algo superficial, al estilo Paulo Coelho, pero con mejor calidad literaria. Es entretenida, interesante y cortita, por lo que se puede uno entregar a su lectura sin demasiado desgaste.

Un saludo.

BIOGRAFIA: Edward Hamilton Waldo, que luego cambió su nombre por el de Theodore Hamilton Sturgeon. Escritor norteamericano nacido en 1918 en State Island y fallecido en 1985, en Oregon. Forma parte de los autores reconocidos de la Edad de Oro de la ciencia ficción. Su primera colección de relatos, publicada en 1949, fue prologada por Ray Bradbury. Los cristales soñadores, en 1950; “Más que humano” en 1954, ganadora de la primera edición del premio International Fantasy y, en 1955 las recopilaciones de relatos Regreso y Caviar. Obtuvo el premio Nebula, el premo Hugo y el premio World Fantasy Life Achievement. Llegó a crear unas 41 novelas y 221 relatos, guiones para cine y televisión (entre ellos, para capítulos de Star Trek).

Promulgó la Ley y Corolarios de Sturgeon:

  • La Ley de Sturgeon:Nothing is always absolutely so («Nada es siempre absolutamente así«).

  • La Revelación de Sturgeon:Ninety percent of everything is shit («El noventa por ciento de todo es mierda«).

  • Corolario 1:La existencia de inmensas cantidades de basura en ciencia ficción es admitida y es lamentable; pero no es más antinatural que la existencia de basura en cualquier parte.

  • Corolario 2:La mejor ciencia ficción es tan buena como la mejor ficción en cualquier campo.

SINOPSIS EDITORIAL: Ésta es la última novela de Theodore Sturgeon, a la que dedicó dieciocho años de trabajo y no quiso publicar en vida. Cuerpodivino, un personaje misterioso, una especie de mesías, llega a un pequeño pueblo rural y su presencia va cambiando la vida de las personas que se le acercan. En ocho capítulos narrados en primera persona por otros tantos habitantes del pueblo, conocemos las más secretas miserias de esos seres y asistimos a su transformación, producto de una nueva sensibilidad: el sexo es amor, es religión.

  • Editorial: Plaza&Janés 2000
  • Páginas: 190
  • ISBN-10: 8401540968
  • ISBN-13: 978-8401540967
  • Traducción: Marcial Souto

 

 

 

 

 

 

Autor: loqueyoleo

En un mundo mudo y lleno de ruido y furia, resuena el silencio de las palabras olvidadas entre las páginas de un libro: despierta, comparte y lee.

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