lo que yo leo

Un blog sin pretensiones, sobre reseñas literarias para leer en 10 minutos; contiene comentarios sobre libros, recomendaciones, divagaciones y toda clase de digestiones literarias que un lector compulsivo ha aderezado a su gusto. Por supuesto, abierto a colaboraciones y opiniones. Casi es obligatorio equivocarse aunque, evidentemente, yo soy yo y tú, eres tú, por supuesto; pero ni yo soy tú ni tú eres yo, por lo tanto, todo lo que escribas es tu responsabilidad: cada uno es dueño de sus palabras y de sus silencios, sin embargo, tu libertad no te permite escribir nada ilegal o degradante para otros como tú y como yo. Es por eso que, al menos ese SILENCIO sí impera en este blog.

«la chica mecánica» de paolo bacigalupi. ¿dónde está la chica mecánica?

4 comentarios


“Piratas genéticos. Fabricantes de calorías. Incluso por PurCal, cuando aprietan las hambrunas. ¿Por qué te crees que dejamos que permanezcan agazapados en Koh Angrit? Por si acaso les necesitamos,. Por si acaso fracasamos y debemos apelar a ellos y suplicarles que nos den su arroz, su trigo y su soja” P.B.

 

El único estímulo que me incitó a leer esta novela fue la profusión de premios que había recibido: Premio Nébula (2009), Premio Hugo (2010), Premio Compton Crook (2010), Premio Locus (2010) a la mejor primera novela. Ni la preciosa ilustración de la portada, ni la sinopsis editorial, que reseña un argumento atractivo y original; sólo la opinión mayoritaria de crítica y lectores que se traduce casi automáticamente en la concesión de premios, lo cual conlleva –o debería- a una cierta excelencia.

Desgraciadamente, una vez más se ha visto ratificada mi idea de que no hay nada mejor que leer uno mismo cualquier obra literaria para formarse un criterio propio sobre ella, no fiarse del juicio ajeno ni de la publicidad engañosa, elegir uno mismo, aún a riesgo de equivocarse.

Todo este exordio viene a cuento para mostrar mi absoluta decepción respecto a éste libro. No es que sea un desalmado y un desagradecido insensible, totalmente ignorante del trabajo que supone a cualquier autor elaborar su obra o totalmente ciego a las virtudes de la misma. “¿Pensarán vuestras mercedes que es fácil hinchar un perro?”, como dijo Cervantes en su prólogo al Quijote. Pues no, considero, incluso, que es más fácil hinchar un perro que escribir un libro, por ello siento mucho apuro al comunicar públicamente una mala crítica que no deja de ser una impresión personal, estrictamente particular y, además, comunicada con las carencias que me acompañan. De ahí esta justificación que, tampoco, debería haber escrito.

La novela, con todo, tiene sus virtudes que van a lomos de su principal defecto. Lo mejor es su argumento y lo peor, a mi juicio, es la falta de un desarrollo conceptual y formal mucho más amplio de esa idea inicial. Obviamente no estamos hablando de un ensayo socio-político ni un tratado de antropología cultural, pero si el principal valor de la novela no radica ni en la penetración psicológica de sus personajes, ni en la intriga de la trama, ni en un virtuosismo estilístico, sino en el ambiente distópico y la crítica implícita hacia una postura contemporánea permisiva frente a la explotación extrema de los recursos y la manipulación genética con fines estrictamente comerciales. Mi juicio es que no desarrolla suficientemente ese aspecto y no logra ese objetivo, no lo consigue.

La historia se desarrolla en el siglo XXII. Supuestamente en Tailandia. En un mundo superpoblado y globalizado donde la sobreexplotación de los combustibles fósiles ha provocado una carencia energética que tiene que suplirse mediante la fuerza motriz de animales mastodónticos creados genéticamente para tal fin; donde la alteración medioambiental ha provocado la elevación del nivel de los océanos obligando a las ciudades a defenderse mediante la construcción de barreras; donde la alteración genética de los productos agroalimentarios y el abuso de semillas estériles ha provocado la casi extinción de las semillas naturales y la proliferación de plagas y enfermedades epidémicas de resultado mortal.

Una sociedad en regresión, en pleno retroceso del desarrollo humano.

A nivel político, conviven dos políticas de actuación, fuertemente enfrentadas, por un lado la postura aperturista, basada en el comercio y en el intercambio, en la práctica sustentada por las grandes corporaciones agroalimentarias proveedoras de calorías genéticamente manipuladas – promovida por el Ministerio de Comercio- y, por otro lado, la corriente proteccionista, conservadora, basada en la autarquía y el cerco a las influencias extrañas, preservadora de la materia prima genética contenida en las semillas tradicionales no contaminadas por la manipulación, protegidas naturalmente frente a las plagas artificialmente inducidas que son portadoras de las enfermedades que asolan a la población –promovida por el Ministerio de Medio Ambiente-.

Anderson Lake es un agente comercial encubierto de la empresa AgriGen cuyo objetivo es conseguir nuevo material genético de las reservas de semillas del reino de Tailandia. Hok Seng es un inmigrante chino, superviviente de muchas guerras, que trabaja como secretario en la fábrica tapadera de Anderson. Emiko es una “neoser” un ser humano producido artificialmente, adaptado genéticamente para la sumisión, que es explotada sexualmente en un protibulo de mala muerte. Jaidee es un capitán “camisa blanca”, funcionario del Ministerio de Medio Ambiente, que se dedica a corregir las infracciones medioambientales y que por cuestiones políticas cae en desgracia. La capitana Kanya es su lugarteniente.

Este análisis esquemático se deduce del contenido de la novela, pero la plasmación final en la obra literaria es pobre porque los recursos que emplea el autor son ineficientes. La exótica ambientación tailandesa se sustenta únicamente en la importación directa de expresiones tailandesas –supongo yo, porque el tailandés sólo lo veo en el plato-. La profusión de neologismos cuyo significado u origen no acaba de explicar aburren y distraen excesivamente al lector, que cada vez que retoma el libro debe hacer un esfuerzo para volver a conectar con la ambientación. Los personajes y sus relaciones no están correctamente imbricados, aparecen y desaparecen en un esquema modular sin apreciarse interacciones complejas. Al respecto, me resultó chocante la aparición de una segunda chica “neoser” japonesa, Hiroko, que acompaña a la capitana Kanya, supuestamente para ayudarla a la localización y captura de la chica “neoser” Emiko y nunca se produce un encuentro entre ambas, nunca se explica tampoco que acurre con dicho personaje, un mero fleco que cuelga. El epílogo final tampoco me gusta, es una solución fácil para acabar de cerrar la trama, un “corta y pega” para poder salir de un argumento que no tenía solución.

Por cierto ¿Dónde está la chica mecánica?. No es un robot mecánico. Tampoco su protagonismo en la novela, se justifica más que en el episodio que desestabilizará el equilibrio entre las facciones del gobierno tailandés. Una novela aburrida y pobre. Si no partiera de unas expectativas tan altas podría haber sido una novela aceptable. Esta es mi opinión.

Un saludo 

SINOPSIS DE LA EDITORIAL: Bienvenidos al siglo XXII.

Anderson Lake es el hombre de confianza de AgriGen en Tailandia, un reino cerrado a los extranjeros para proteger sus preciadas reservas ecológicas. Su empleo como director de una fábrica es en realidad una tapadera. Anderson peina los puestos callejeros de Bangkok en busca del botín más preciado para sus amos: los alimentos que la humanidad creía extinguidos. Entonces encuentra a Emiko…

Emiko es una «chica mecánica», el último eslabón de la ingeniería genética. Como los demás neoseres a cuya raza pertenece, fue diseñada para servir. Acusados por unos de carecer de alma, por otros de ser demonios encarnados, los neoseres son esclavos, soldados o, en el caso de Emiko, juguetes sexuales para satisfacer a los ricos en un futuro inquietantemente cercano… donde las personas nuevamente han de recordar qué las hace humanas.

 

  • Plaza & Janés
  • 544 páginas
  • Traducción: Manuel de los Reyes
  • ISBN: 9788401339400

Autor: loqueyoleo

En un mundo mudo y lleno de ruido y furia, resuena el silencio de las palabras olvidadas entre las páginas de un libro: despierta, comparte y lee.

4 pensamientos en “«la chica mecánica» de paolo bacigalupi. ¿dónde está la chica mecánica?

  1. Ufff, entre que el argumento no nos llama y cómo la has puesto en la reseña, va a ser que no. De hecho, cuando la veamos en una librería, huiremos de ella como si tuviera la peste.

    Me gusta

    • Habiendo tantas novelas en el mercado y tan buenas algunas de ellas es una lástima comprobar cómo has perdido el tiempo en la lectura de un libro cuyas virtudes publicitadas parecen responder más a criterios de comercialización que estrictamente a sus cualidades literarias. Y eso que la novela reseñada no es mala, pero según mi criterio es pasable y ni mucho menos tan aparentemente extraordinaria como se nos quiere presentar. Un saludo y muchas gracias por participar.

      Me gusta

  2. Comparto tu opinión respecto de este libro, realmente tiene demasiada publicidad para el desarrollo del que carece. Me costó bastante dejar a un lado la terminología extraña de la cual hay que adivinar el significado para meterme en una historia lenta que para cuando llega al climax, se termina, dejando un final abierto que promete más que el libro en sí.
    Sin duda, la ambientación es buena y la crítica social es palpable, pero sólo con eso no alcanza… en mi opinión. Me dejó un sabor amargo y la sensación de que nada concluye.

    Me gusta

    • Hola Alice, gracias por compartir tu opinión y participar. Con este tipo de novelas, tan arbitrariamente glorificadas, obligan a lector a tener mucha más prevención respecto de los premios literarios, pasando de ser una referencia a una trampa.
      Un saludo

      Me gusta

Deja un comentario