“–ahora cuando mi única tarea consiste en contar correctamente esta historia- me resulta difícil creer que llegara a matarla” J.T.
Cada vez se añaden más ídolos al altar del género de la Novela Negra; cada “nuevo” autor que el mercado arrima a nuestra vera se le suma a Chandler y Hammett para compartir con ellos su brillo estelar y de paso, ahorrarnos el arduo esfuerzo de leer, de comparar críticamente y, (vade retro satanás), siquiera de pensar y mantener una opinión propia. Siempre es más fácil ver la última película y decir: “vaya, vaya, qué bueno es Jim Thompson, éste chico promete, quiero ver la segunda parte en 3D”.
Y sin embargo esta vez la flauta tocó toda una sinfonía porque en verdad Jim Thompson es uno de los grandes, tanto por su trayectoria literaria como cinematográfica (guiones y adaptaciones de su obra) reconocida por los mejores; ya todo un clásico.
James Myers Thompson (Oklahoma 27/09/1906; California 07/04/1977). Novelista norteamericano, autor principalmente de novela negra; fue guionista de cine con Kubrick (“Senderos de gloria” y “Atraco Perfecto”), inspirador de la serie “Ironside”; igualmente han sido adaptadas para el cine sus obras “La Huida” (de Sam Peckinpah, de 1972), “Los timadores” (de Stephen Frears, de 1990)), “1280 almas” (de Bertrand Tavernier, 1981) y “el asesino dentro de mí” (de Michael Winterbottom, 2010).
Otras obras de su biografía:
Sólo un asesinato (Nothing More Than Murder, 1949)
El asesino dentro de mí (The Killer Inside Me, 1952)
Noche salvaje (Savage Night, 1953)
Asesino burlón (The Nothing Man, 1954)
La huida (The Getaway, 1959)
Los timadores (The Grifters, 1963)
1.280 almas (Pop. 1280, 1964)
Marcando una línea que posteriormente seguiría con la impactante (y descacharrante) novela “1280 Almas” Jim Thompson relata, en primera persona, la historia de unos asesinatos ocurridos en los años 50, en una pequeña ciudad americana cercana a Los Angeles. El protagonista, un reportero del periódico local, narra a modo de crónica las circunstancias que le llevaron a cometer los homicidios, refiriendo su lento desquiciamiento por un trauma ocurrido en la guerra y el progresivo deterioro hacia la esquizofrenia.
Con la naturalidad de quien lo hace todos los días, una cosa lleva a la otra y nos encontramos con unos cuantos cadáveres de los que hay que deshacerse; las pistas van aflorando como las miguitas de pan del cuento; la casualidad acompaña; se suceden los desastres y hay que tapar un agujero con otro agujero más grande y al final…
El estilo es dinámico, con una prosa fácil, frases cortas y diálogos ingeniosos cargados de un humor sutil, ácido y, en ocasiones, macabro.
Es prodigiosa la facilidad con la que Jim Thompson es capaz de expresar los pensamientos y sentimientos de una persona enferma mentalmente, desgranando en el relato los distintos elementos que van mostrando los mecanismo de la lógica interna del criminal y su progresivo deterioro a medida que se suceden los acontecimiento hasta perder la cordura poco a poco: los diálogos con el “extraño del espejo”, las dudas del protagonista sobre si ha hecho algo o no, la confusión que nos crea sobre si el personaje actúa en un constante estado de ebriedad.
Una buena novela dentro de lo mejor de un buen autor. Un bocado previo antes de la estupenda 1280 almas, con la que comparte estilo y calidad.
Un saludo
Editorial:Ediciones B Colección: Libro amigo. Policiaca (Num. 74)
Traducción: Gerardo Di Masso
Tamaño: 18 x 11 cm. 238 páginas
ISBN: 978-84-7735-779-7